La tensión se registró en el duelo entre Padres y Piratas, luego de que Manny Machado fuera golpeado por una pelota
¿Comprar o vender? El dilema de los San Diego Padres
SAN DIEGO, CAL.- En un emocionante encuentro entre los San Diego Padres y los Pittsburgh Pirates en el Petco Park, la tensión alcanzó su punto máximo cuando Manny Machado y Ángel Perdomo estuvieron a punto de llegar a los golpes en la séptima entrada.
Después de una dolorosa derrota el día anterior, los Padres salieron con toda la determinación para ganar el segundo juego de la serie. Sin embargo, el enfrentamiento adquirió una dimensión adicional, ya que se acercaba la fecha límite de transacciones, y los Padres debían tomar una difícil decisión sobre su futuro en la temporada. La pregunta en el aire era si apostarían por lograr un boleto a los playoffs a pesar de las probabilidades en contra o si optarían por vender jugadores y rearmar su plantilla.
El partido avanzaba con Juan Soto, de los Pirates, conectando un cuadrangular de dos carreras. Luego, fue el turno de Manny Machado en el plato. Ángel Perdomo, lanzador de República Dominicana por parte de los Pirates, se encontraba en la lomita. La rivalidad entre paisanos agregó tensión al momento clave del juego.
En el primer lanzamiento de Perdomo, impactó en la espalda de Manny, quien lo miró fijamente mientras los umpires y sus compañeros intentaban contenerlo para evitar una batalla campal. Sorprendentemente, en lugar de retirarse, Perdomo caminó hacia el home plate, lo que hizo parecer que un enfrentamiento impresionante entre ambos equipos era inminente.
Afortunadamente, los jugadores de ambos equipos intervinieron rápidamente y lograron contener a Machado, quien aún estaba visiblemente molesto por el lanzamiento. Los umpires tomaron una decisión contundente y expulsaron a Perdomo del juego, alegando que el golpe fue intencional. Esta acción provocó la furia de Derek Shelton, el manager de los Pirates, quien también fue expulsado por sus protestas.
Tras el incidente, Pittsburgh trajo a otro lanzador para reemplazar a Perdomo, y el juego continuó sin mayores problemas. Sin embargo, la tensión y la hostilidad entre ambos equipos son palpables, y el tercer juego de la serie, programado para el día siguiente, se presenta como un enfrentamiento cargado de emociones y posibles consecuencias.
El resultado final de este choque de titanes aún está por verse, pero una cosa es segura: la rivalidad entre los Padres y los Pirates ha alcanzado un nivel candente que mantendrá a los aficionados al borde de sus asientos.